Saturday, 23 June 2018

Camino de Santiago 2018 (Spanish)


Desde Sahagun hasta Ponferrada 170 kms aproximadamente.


Como de costumbre, este año empezamos el Camino desde al punto donde terminamos el año pasado, y para llegar allí cojimos un autobús muy temprano hacia Santander y después otro hasta Torrelavega donde abordamos un tren que nos llevo a Sahagun vía Palencia. La mitad de nuestro grupo quería usar un ‘mochila taxi’ para no cargar con ella, y tuvimos la suerte que en el momento que salimos de la estación, había un taxista muy amable que estaba dispuesto a llevar nuestras mochilas por poco dinero. Después de comer algo, andamos los diez kilómetros que faltaban para llegar a nuestro primer destino, el albergue Santa Clara en Barcianos de Real Camino.
Sahagun
Rosa, la dueña del albergue, había hecho once caminos y sabia mucho del tema. En su opinión la única manera de disfrutar las experiencias espirituales del camino era haciendo el camino entero en 30 días. Mientras ella hacia el papeleo, hablamos de mi experiencias en el camino, y ella me sonrío y dijo que iba en la dirección correcta. Una vez establecidos nos fuimos a dar un paseo por el pueblo, cenar algo y después tomar unas copas. Cuando regresamos, nos dimos cuenta de que habíamos entendido mal (muy mal) la hora cuando Rosa y sus compañeros nos esperaban para dormir y terminar de trabajar. 


Al día siguiente nos dirigimos al pueblo de Mancilla de las Mulas que quedaba a unos 25 kms. Era un día precioso y empezamos bien pero todavía no nos habíamos acostumbrado a la caminata diaria y a los 20 kms paramos, (yo ya empezaba a encontrarme débil) para reponer nuestras fuerzas con algo de comer. Cuando empezamos a caminar de nuevo nos encontramos un panorama de miedo con nubes negras de tormenta justo en nuestra dirección. Cometimos el error de seguir caminando pensando que llegábamos antes de la tormenta. No tuvimos suerte y pronto un diluvio impensable nos cayo encima con viento y toda la fuerza de un huracán y siguió durante todo el camino hasta el albergue. Nos pusimos las capas pero no fueron muy útiles, nos calamos desde la cintura para abajo y las botas eran como depósitos de agua. Cuando llegamos al final después de una hora, nos tuvieron que ayudar a sacar toda la ropa mojada y las capas, las botas y demás cachivaches. No cabe duda que pasamos una tarde muy agitada trabajando para intentar secar todo para poder seguir al día siguiente. El método de meter periódicos dentro de las botas varias veces, y secar las capas con papel funcionó, así que como un milagro todo estaba seco para el día siguiente.


Por suerte los tres días siguientes fueron soleados, hasta demasiado para los caminantes del Camino. Use un paraguas todos los días desde las 10 de la mañana en un paisaje muy llano y que carecía de sombras. Después de andar casi 30 kms de camino muy aburrido, llegamos a Virgen del Camino donde un lujoso hostal El Central nos esperaba. Yo disponía de una habitación con baño, todo un lujo entre todos los albergues con literas y servicios compartidos. El día siguiente andamos otros 29 kms hasta Hospital de Órbigo, donde el albergue Verde que parecía una comuna de estilo hippie donde casi todos los ocupantes eran extranjeros. Había voluntarios que hacían tareas como mantenimiento, reformas, yoga y hasta cocinar a cambio de alojamiento y comida. La cocinera era una Israelita, que nos hizo un curry vegetariano indio que no me parecía muy autentico. El precio de la cena era ‘la voluntad’ y había música y un discurso en Ingles (con algo de traducción en Castellano) sobre el Camino, su historia y porque se dirigía hasta el fin de la tierra en aquello tiempos. También hicieron un comentario sobre como esto de andar hacia el Oeste estaba en nuestro ADN, algo que no quise discutir pensando que nuestros antepasados fueron al Este y Oeste cuando emergieron de Africa. Participamos en la clase de Yoga, disfrutamos de la puesta de Sol y yo compartí la cena con una joven de Nueva York, que acababa de terminar su carrera de Psicología en la universidad de Duke, pensando cuanto me habría gustado tener cuarenta años menos por varias razones.


Entre el camino y los albergues era posible encontrar una multitud de gente y tener conversaciones muy interesantes. Por ejemplo la instructora de yoga que había vivido casi toda su vida en California aunque era española, el fotógrafo Mel de origen Ingles que ahora vivía cerca de Almería, el gigantesco Nuevo Zealandes que me contó la historia de un amigo que se rompió la rodilla poco días de empezar el camino y tuvo que volver a casa, y la mujer americana que tenia dos cintas debajo de sus rodillas que mis compañeros querían saber para que sirvian (soporte para la rodilla) y en conversación dijo que era de Charlotte en Carolina del Norte donde yo había estado hace poco porque nuestro hijo Manjeet vivía allí. En otra oportunidad alguien nos vio a todos juntos y pregunto cual era nuestra religión, porque pensaban que yo era como el guru del grupo!
La Presentadora
El siguiente pueblo, si podemos llamarlo así, era Ganso, otros 29 kms de camino. En una de nuestras paradas para comer y beber algo, había un equipo de televisión y una presentadora guapísima conversando con los peregrinos sobre sus experiencias del camino. Cuando me vieron, se dirigieron a mi para una sesión sobre mi origen, el camino y mis compañeros. Nuestro albergue aquella noche era El Gabino, donde teníamos 8 literas en un dormitorio de 11 camas. Había en el mismo dormitorio una cama reservada para un señor mayor, y este señor fue responsable para el momento de mayor emoción de toda la semana. Dos de nuestro grupo (Alfonso y yo) nos apuntamos para una cena que empezaba a las 7:30, muy temprano para la mayoría de los españoles. Había solo cinco personas para cenar y con las mesas de cuatro Alfonso y yo estuvimos en una mesa con dos mujeres alemanas. El quinto era el señor mencionado arriba y estaba solo en una mesa. Conversamos mucho con las mujeres de Hanover y Hamburg en ingles con traducción por mi parte para Alfonso. Después de la cena empezamos a conversar también con el señor de la mesa de al  lado, y nos contó que el había hecho el Camino seis veces, se llamaba Braulio y que todos en el Camino le conocían. 

Después nos dijo que este año era diferente para el. Cuando preguntamos por que, el se emociono y se le caían las lagrimas. Después de una pequeña pausa nos enseño su mano donde tenia dos anillos y dijo ‘el año pasado mi esposa estaba viva, pero este año ella no esta’. Para simpatizar con el le dije que yo también había perdido alguien este año (mi padre) y me emocione y llore. A mi lado Alfonso también estaba llorando por alguna perdida personal suya. Así que las dos mujeres alemanas veían tres hombres con lagrimas y no intendian lo que sucedía. Después de traducir la conversación se aclaro el tema. 

Después de un rato las mujeres y el señor se retiraron, y mientras Alfonso y yo terminamos nuestros vinos, un hombre paso por nuestra mesa y me saludo en mi idioma (sat sri akal). Así empiezo otra conversación sobre el vinculo de este hombre con la cultura India, a través del Kundalini yoga y sus numerosas visitas a los centros de yoga y los ashrams de los famosos gurus indios. El también estaba interesado en niveles de percepción con la ayuda de hierbas halucigenicas como ayahuasca, y tuvimos una conversación interesante sobre las enseñanzas de Don Juan (el famoso libro de Carlos Castaneda) y el uso del peyote y otras maravillas. A mi lado  a Alfonso se le ponían los pelos de punta cuando le pregunte al hombre si tenia algún mensaje espiritual para mi!
El 'Cowboy Bar'
Mas tarde nos reunimos con nuestros compañeros para tomar algo en un bar dedicado al Oeste Americano (El Cowboy Bar) donde se podía tomar bebidas a precios muy económicos, y donde también se podían ver las películas del Wild West en una televisión montada por este fin.

Si Ganso era pequeño y con muy poco para entretener a un peregrino, nuestro próximo destino era mucho menos. Caminando hacia Riego Ambrose, un total de 29 kms el camino se fue elevando a 1500 metros durante toda la mañana y después por la tarde bajando en una superficie rocosa con piedras sueltas que resulto muy difícil. Yo llegue con mis pies un poco molestos y a Alfonso se le rompieron las botas. Era Jueves 15 de Junio, y España jugaba un partido de futbol en el Mundial en Russia contra Portugal. Sucede que en Riego Ambrosa no había ningún bar o local donde alguien podía ver el partido! Algunos del grupo (incluyéndome) llamamos a un taxi para ir al próximo pueblo donde había un poco mas de vida y bares donde podíamos ver el partido. Resulto un partido emocionante con los dos equipos ganando en diferentes etapas del partido, y finalmente culminando en un empate, mientras nosotros discutíamos las habilidades (o falta de) de Ronaldo y De Gea. Resulto que De Gea comitio dos errores que resultaron en dos de los goles que marco Ronaldo.

El día siguiente era el ultimo día de nuestra caminata, y el camino hacia abajo por las rocas continuo en la misma manera que el día anterior pero con vistas preciosas. No había ningún posibilidad de empezar con un desayuno, pero después de salir del pueblo llegamos a un puesto donde alguien había dejado frutas, galletas y mas cosas para los peregrinos, y una pequeña caja donde los peregrinos podían dejar ‘la voluntad’. Esta caja estaba llena y consta la honestidad de la mayoría de los peregrinos. Después de una hora de bajada llegamos al pueblo de la partida de la noche anterior y desayunamos de verdad. Unas horas mas tarde llegamos a Ponferrada y a nuestro albergue para esta noche. Necesitábamos descansar y tomar un vermut en una terraza sentados en el sol. 
Ponferrada
Después de la una nosotros disponíamos de nuestras habitaciones y nos podíamos cambiar de ropa y descansar. Pronto nos reunimos con amigos y familiares que habían llegado desde Laredo, para almorzar y celebrar el final de nuestro proyecto para este año.

Ahora nos queda solo Ponferrada hasta Sarria para completar el Camino entero.
Posiblemente el año que viene.
Buen Camino.

Camino de Santiago 2018


Camino de Santiago 2018
From Sahagun to Ponferrada about 170 kms.

As usual we took up the Camino from where we had finished last year, and one Sunday morning we took the early morning bus to Santander then another bus/ train combination to reach Sahagun. Those of us who were interested in using a taxi service for our backpacks were relieved to find a taxi just outside the Sahagun station, which agreed to transport our bags for a small sum. After a quick bite to keep us going we walked the short ten kilometres to our first hostel for the night, the Santa Clara in Barcianos de Real Camino.
Sahagun
Rosa, the proprietor at the Santa Clara turned out to be veteran Camino walker, having already completed 11 and most of them in one 30 day finish. She told me that it was the only way to move from the just walking to the higher planes of consciousness that I have tried to accomplish on the short bursts of one week that our group has been doing. I had to reveal my own experiences to her and she confirmed with a smile that I was on the right track. The group headed out for a walkaround the small town and a dinner followed by a drink (or two). Most family run hostels expect the pilgrims to be in bed early and it is customary to ask what would be the expected time for being back at the hostel in the evening. That night we got it wrong, very wrong.

The next morning we headed out at 8 am on the 25 km walk to our next destination, the quaintly named town of Mancilla de las Mulas. It was a bright sunny day and we made good progress. With my energies waning we made a pit stop at about 20 kms and after suitable refreshments took up the walk again, only to find a storm brewing right in front of us. It was scary. Here we made a rash decision to continue walking in the hope of reaching our objective before the heavens opened. No such luck, soon the storm ripped through us, with high winds and lashing rain. We donned our waterproof capes, but it was no use. We were drenched from the waist down and our shoes were like water containers. By the time an hour later we made the Gaia hostel, we had to be helped with our drenched clothes and boots to not flood the entire establishment. Needless to say a very stressed evening of trying to dry our shoes and clothes followed. Newspapers were stuffed in all the boots and this was repeated three times. The capes were wiped dry and the clothes hung up to dry. Miraculously everything was dry by the next morning.
Leon
Luckily the next three days were cloudlessly sunny, and this was perhaps too sunny for the Camino walker. I used an umbrella for shade when walking from about 10am onwards. It was very easy walking in mostly level coutryside while we made our way from Mancilla to Virgen del Camino where a luxury hostal (The Central) awaited. I was lucky to have my own room with my own bath, a real luxury among the normal dormitory style accomodation and shared facilities. then it was a further 29 kms to Hospital de Órbigo, where we were booked into what turned out to be a hippie style commune mostly populated by foreigners. Some volunteers among them were resident helpers doing such jobs as construction, looking after the vegetable patch and giving classes of yoga.  There was also an Israeli cook who had agreed to make a vegetarian curry for dinner, which everyone could have for a voluntary contribution. I realised that the dish we ate was hardly classifiable as a curry and for some strange reason the starter of bread and hummus was billed as an Israeli dish! There was music and the owner gave us a lecture on the significance of the Camino, and how moving westward was built into our DNA, which was hard to believe and I did not argue the point that our forefathers when they emerged from Africa, went both east and west. We did yoga and watched the sunset. I shared a table with a bright Psychology student from New York and wished I was forty years younger for various reasons.

Albergue Verde
In between the walks and the hostals it was possible to make friends and have conversations with all sorts of people, such as the Spanish yoga instructor who had lived all her life in California, the photographer Mel from Brighton who now lived in the South of Spain, the chap from New Zealand whose walking partner had twisted his knee soon after arrival and after surgery had to return home and the lady with the knee bands (my fellow walkers were curious about these) who turned out to be from Charlotte in North Carolina much to my surprise because I had visited that city when my son had lived there until recently. On another occasion someone asked us what religion we practiced, perhaps because our group contained several women and a bearded man with a turban!

Then it was onto the hic town of Ganso 29 kms away. On one of our stops along the way to catch a bite to eat, there was a local TV crew interviewing passing pilgrims about their experiences on the Camino. Once they saw me they headed straight to my side and the gorgeous presenter of the show and I, we discussed my impressions of the Camino and how I was friends with this large Spanish group. In Ganso we were booked into a place called Gabino, in a dormitory with 11 bunk beds. They came in pairs with the only single bed allocated to an old man who provided (at least for me) the emotional highlight of the entire week. Two of us from our group (Alfonso and I) signed up for an early dinner provided by the hostal, and there were only five diners in total. So we had a table for four at which we were joined by two German ladies, while the fifth person who had a table to himself turned out to be the old man mentioned above. There was much conversation with young ladies from Hamburg and Hanover and after dinner the old man joined in the conversation (with me as the translator). He revealed that his name was Braulio and that he had already completed 6 Caminos and that everyone knew him on the Camino. 

Local TV Host
Then he said that this year marked a difference for him, and when we asked what was different, he became quite emotional and began to shed some tears. He showed us his hand on which he wore two rings and said ‘last year at this time my wife was alive, and now she is not’. I sympathised, and revealed that I also had lost someone close to me (my father) recently and that several times I had had the feeling that my father was walking besides me. I too had my eyes brimming with tears and I realised that Alfonso was also crying for some personal loss of his own.

So there was this scene where three men were emotional and two young ladies were wondering what was going on. I translated and I guess they understood the reason for all the tears. Soon after the ladies retired to prepare for an early start, and the old man had also departed, a man approached me and greeted me in Panjabi (Sat Sri Akal). I was surprised but not shocked, having seen other people on the Camino with knowledge of Indian customs. We started talking and this man had been practicing Kundalini Yoga and some other spiritual rituals using ayahuasca and other hallucinogenic plants. The evening was getting more interesting by the minute and we were deep in conversation about the use of peyote and the teachings of Don Juan (the book by Carlos Castaneda). By the time I asked this man if he had a spiritual message for me, Alfonso had his hair standing on end.

Later we caught up with our friends and had a drink at the Cowboy Bar dedicated to the American wild west, including a TV showing western movies, where the drinks were priced at suitably agreeable prices.

If Ganso was small with nothing to show, our next destination turned out to be even less of a place. This was another 29 kms down the camino and went by the name of Riego Ámbrose. The Camino took a steady climb during most of the morning while we climbed to 1500 metres and then a steep drop down a rocky path with loose boulders strewn across, which made for a very difficult walk. Several of our party had their feet in trouble and some boots were broken. It was Thursday the 15th and Spain was expected to play Portugal at the World cup in Russia. Most Spaniards wanted to be at some venue to watch, but as it turned out, there was not a single TV in this town where anyone could watch the game. Some in our group (including me) called a taxi, which took us to the next town with a bit more life, and a bar where we could watch the game. It turned out to be quite a game, with both sides taking turns to be ahead but finally settling for a draw, while we debated the skills (or otherwise) of both Ronaldo, who scored three goals and the Spanish goalkeeper De Gea who was responsible for errors which allowed two Ronaldo shots to end up in goal.

The next day was the final day of our Camino, and the rocky path down the mountain continued through beautiful scenery. It was much easier than we had feared and to make it a delight someone had set up a ‘honesty’ fruit stall along the path perhaps aware that our town had no bars and no breakfast facilities, so that we could have a variety of fruit and leave a contribution in a money box for a very welcome injection of energy. I have to say that the money box was full, a testament to the honesty of most pilgrims. An hour or so later we reached the soccer game town of the night before for a proper breakfast with coffee! A few hours after that we came into Ponferrada, our final destination for a much earned rest, and a large vermouth at a table in a sunny spot outside a bar. Later more friends and family came up from Laredo to join us for the final lunch and to ferry us all back home the next day.
Ponferrada
Now we have only Ponferrada to Sarria (about 100 kms) left to complete the whole Camino, perhaps next year. 
Buen camino.
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